Iasadora

En realidad sólo quiero desahogarme. La presión de ser y no ser me tiene desquiciada. Anhelo estar bien conmigo y con los demás, pero son caminos diferentes. El que yo sea feliz como persona le trae problemas a los demás. No es que yo lo pida, ni que esa sea mi intención. Creo que jamas es mi intención, pero vivo de que todo el mundo piense que sí. Ser una buena persona nunca ha sido suficiente en este mundo; o eres malo o no das la talla. Vivo escondiendo la realidad, no puedo mostrarme y gritar "esta es mi enfermedad, así soy". Porque no se ve, no esta ahí, sólo choca contra la realidad de los demás. Estoy cansada de preguntarme ¿Qué hice mal ahora? ¿Qué no entendí? Cansada de que exista el cristal que me separa de la razón.  Sé que tengo que medirme todo el tiempo.

La cuestión es que soy un fantasma, que mi realidad ya no tiene forma sustancial. Quizá nunca he sido la persona más consiente de mi existencia, sin embargo sigo escribiendo y sigo cazando pensamientos nocturnos. Tengo una nueva perspectiva de mi vida, esta obra que comienza sin forma y justo en medio del trayecto se va volviendo cada vez con curvas y caminos sin salida. Supongo que la vida de varias personas es un caos, en especial ahora con esta situación pan-demonica y sin embargo seguimos aquí náufragos del 2020. Perdidos en islas de incertidumbre y sin planes concretos. ¡Pero que oscuros tiempos para soñar! Y yo quiero soñar; hace tanto que no lo hago.

Eres la persona. "La" que va definiendo mi universo de colores oníricos. Redondeando los vértices de mi vida con besos y caricias, roses de éxtasis en silencios. Eres el sueño. "El" que si no fuera destino, elegiría para embriagarme cada noche y día de la existencia. Hasta que el tiempo se hiciera eterno. Mi deseo de caer entre tus brazos, crea en mi cada día un anhelo irritable que sólo se cura con tu presencia. Amo tu esencia, el recuerdo del pasado y el futuro en tu mirada me llena de armonía. Amo tu sonrisa, la promesa de tus labios que te volveré a besar y fundirme en tu aliento. Te amo en cualquier universo.

Hoy soñé nuestra intimidad. Meció mis ilusiones entre cortinas de realidad. En verdad creí verte a mi lado, despertar contigo, acariciar tu rostro. La imagen de una vida a tu lado.

Estos dos días se me han presentado pesadillas que muestran universos en los cuales yo no soy. He despertado asustada, con miedo a que sean reales y las palabras que me susurraron las premoniciones sean indefinibles. En la primera fui yo y la traición... En la segunda fui yo y el remordimiento. Todos los días me defino como algo indescriptible, sin fondo, con abierto miedo al futuro que anhelo con afán. Sigo sin entender porque ciertas persona desaparecen como copos, se derriten al silencio de mis labios. Me construyo integra y mis pedazos se pierden en pensamientos que suelto al avanzar... ¡Porqué avanzo! Avanzo y crezco, muevo mis montañas, riego mis ideas.

Tengo cansancio en el alma, mis ilusiones se quiebran en las luces de mi esperanza. No tengo razones por las cuales existir, no las necesito, el hecho de existir es la misma no existencia, la nada que me recuerda cada segundo el temor a morir. No quiero desaparecer, ni aparecer en el cuadro de la suciedad. Aquí sigo sin formar parte de los gritos alienados que convergen en lo mundano y lo banal. No estoy segura de mis propios medios, la mirada me ha cambiado y no logro dilucidar mis propios deseos. No sé si quier ser o negar mi existencia unida al arte del cliché humano. Mis raíces no claman, ya no buscan el liquido vital de la vida. Mi armadura se hace mas grande, me protege, se convierte en mi piel. ¿Nunca he sido?